jueves, julio 16, 2015

Anular...

 
A su abrigo…

Todas esas madrugadas a tu lado acurrucado,
en el lado obscuro de tu corazón, mi salvación.
en tu cuerpo navegando, explorando
las mil formas de evitar la negación, negociación;
al amparo y abrigo de tu ombligo, aliado y enemigo.

Tu sonrisa, tu pelo en la prisa,
el desayuno certero, lleno de 'te quieros',
la balada en la radio que suena, la cena,
el taxi para dos y un solo viaje, sin apenas equipaje
y un montón de destinos que cumplir, tanto por sentir.

Los domingos de televisión, de sillón,
la comodidad de tu pelo despeinado, tu café descafeinado;
tu manía de andar descalza, tu presencia por la casa,
las navidades en tus besos, los sepelios y sus rezos,
el sentimiento a flor de piel, amargo y miel.

Al amparo y abrigo de tu ombligo,
aliado, enemigo, mercenario, alimento milenario
que me sigue a todas partes, de Venus a Marte;
para recordarme que eres mía y que te pertenecía
para darme asilo y mantenerme en vilo.

El aire que respiro, lo primero que yo miro,
mi refugio, maravilloso el artilugio,
el pensamiento compartido, el amar correspondido,
el estar tu para mi, paciente, vehemente.
El estar yo para ti, ardiente, complaciente.

La cama y sus secretos, el querernos sin decretos,
sin papeles, sin notario, nuestro sistema planetario.
El olvidarnos del resto del mundo, en un beso rotundo.
La mirada consternada, la pasión acalorada,
Y la perdición del alma mía, como el primer día.

Eso somos, esos seres, eso soy y eso eres.
El futuro que viene, decisión que nos conviene,
Eso de amarnos sin motivos aparentes, así, de valientes;
ver pasar las horas a tu lado, tu costado en mi costado
y acariciar tu boca azucarada, después, después nada.

Autor: Raúl David Salomón García

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